El primer aspecto en el que incidimos en la filosofía de elaboración de nuestros vinos es primar la utilización de viñedos viejos, porque consideramos que el equilibrio de producción que se consigue en ellos es insuperable. La profundidad de sus raíces, el volumen de suelo explorado y su propio autocontrol en el vigor vegetativo, aminora la
influencia de las condiciones de cultivo que se pueden presentar año tras año, y aportan mayor complejidad en primer lugar a las uvas y, finalmente, a los vinos.
Este planteamiento no excluye la importancia de las nuevas plantaciones, ya que nos aseguran el mantener los estándares de calidad de nuestros vinos en el futuro, pero todo el proceso de plantación y cultivo es minuciosamente estudiado por el personal de la bodega, para que la viña se desarrolle de forma equilibrada y perfectamente integrada en su medio natural.